Ensayo respecto a los pactos parte 4º

Génesis 28:20-22 E hizo Jacob voto, diciendo: Si Dios va conmigo, y me guarda en este viaje que voy, y me da pan para comer y vestidura para vestir, y si vuelvo en paz a casa de mi padre, Jehová será mi Dios, y esta piedra que he puesto por columna, será casa de Dios; y de todo lo que me dieres, el diezmo apartaré para ti.

Génesis 31:11-16 Y el Ángel de Dios me habló en un sueño diciendo: Jacob. Y yo dije: Heme aquí. Y Él dijo: Alza ahora tus ojos, y mira; todos los machos que cubren a las ovejas son listados, pintados y abigarrados; porque yo he visto todo lo que Labán te ha hecho. Yo soy el Dios de Betel, donde tú ungiste la columna, y donde me hiciste un voto. Levántate ahora, y sal de esta tierra, y vuélvete a la tierra de tus padres. Y respondió Raquel y Lea, y le dijeron: ¿Acaso tenemos todavía parte o heredad en la casa de nuestro padre? ¿No nos tiene ya como por extrañas, pues que nos vendió, y aun se ha comido del todo nuestro precio? Porque toda la riqueza que Dios ha quitado a nuestro padre, nuestra es y de nuestros hijos; ahora pues, haz todo lo que Dios te ha dicho.

Como ya vimos un pacto es una alianza de dos o más partes, en que se establece una obediencia a cumplir uno o varios acápites establecidos.

El voto es algo diferente. El voto compromete nuestra alma a cumplir lo que prometimos. Los votos no comprometen a la otra parte, es una promesa que se hace en función de solicitar un favor o una gracia de Dios, pero queda a disposición de Él darnos el favor o gracia. En el caso de que Él otorgase ese favor, es nuestra responsabilidad cumplir esa promesa.

Hacer un voto es una gran responsabilidad.

Deuteronomio 23:21-23. Cuando prometieres voto a Jehová tu Dios, no tardarás en pagarlo; porque ciertamente Jehová tu Dios lo demandará de ti, y sería pecado en ti. Mas si te abstuvieres de prometer, no sería pecado en ti. Aquello que hubiere salido de tus labios, lo guardarás y lo cumplirás, aun la ofrenda voluntaria conforme lo prometiste a Jehová tu Dios, lo cual prometiste con tu boca.

Los votos estaban contemplados antes de la ley de Moisés y aun dentro de esta ley también se contemplan los votos.

Levítico 22:17-21. Y habló Jehová a Moisés, diciendo: Habla a Aarón y a sus hijos, y a todos los hijos de Israel, y diles: Cualquier varón de la casa de Israel, o de los extranjeros en Israel, que ofreciere su ofrenda por todos sus votos, y por todas sus ofrendas voluntarias que ofrecieren a Jehová en holocausto; De vuestra voluntad ofreceréis macho sin defecto de entre las vacas, de entre los corderos, o de entre las cabras. Ninguna cosa en que haya falta ofreceréis, porque no será acepto por vosotros. Y cualquiera que ofreciere sacrificio de paz a Jehová para cumplir su voto, u ofrenda voluntaria, sea de vacas o de ovejas, sin defecto será acepto; no ha de haber en él falta.

Hacer un voto no puede ser algo a la ligera.

Proverbios 20:25. Lazo es al hombre el devorar lo santo; y reflexionar después de haber hecho los votos.

A continuación veremos dos ejemplos de votos, que pueden hacernos reflexionar sobre los votos que estemos dispuestos a ofrecer.

El voto de Jefté.

Jueces 11:29-40. Y el Espíritu de Jehová vino sobre Jefté; y pasó por Galaad y Manasés; y de allí pasó a Mizpa de Galaad; y de Mizpa de Galaad pasó a los hijos de Amón. Y Jefté hizo voto a Jehová, diciendo: Si en verdad entregas a los hijos de Amón en mis manos, sucederá que, cualquiera que salga de las puertas de mi casa a recibirme cuando yo vuelva en paz de los hijos de Amón, será de Jehová, y lo ofreceré en holocausto. Y Jefté pasó adonde estaban los hijos de Amón para pelear contra ellos; y Jehová los entregó en su mano. Y los hirió de grandísimo estrago desde Aroer hasta llegar a Minit, veinte ciudades; y hasta la vega de las viñas. Así fueron sometidos los hijos de Amón delante de los hijos de Israel.

Y cuando Jefté llegó a su casa en Mizpa, he aquí que su hija salió a recibirle con panderos y danzas, y ella era su única hija; fuera de ella no tenía hijo ni hija. Y aconteció que cuando él la vio, rasgó sus ropas, diciendo: ¡Ay, hija mía! en verdad me has abatido, y tú eres de los que me afligen; porque he abierto mi boca a Jehová, y no podré retractarme. Ella entonces le respondió: Padre mío, si has abierto tu boca a Jehová, haz de mí como salió de tu boca, pues que Jehová ha hecho venganza en tus enemigos, los hijos de Amón. Y además dijo a su padre: Permite que me sea hecho esto; deja que por dos meses vaya yo y descienda por los montes y llore mi virginidad, yo y mis compañeras. Él entonces dijo: Ve. Y la dejó por dos meses. Y ella fue con sus compañeras, y lloró su virginidad por los montes. Y aconteció que pasados los dos meses ella volvió a su padre, quien hizo con ella conforme a su voto que había hecho. Y ella nunca conoció varón. De aquí fue la costumbre en Israel que de año en año iban las doncellas de Israel a endechar a la hija de Jefté galaadita, cuatro días en el año.

El voto de Ana.

1 Samuel 1:9-28. Y se levantó Ana después que hubo comido y bebido en Silo; y mientras el sacerdote Elí estaba sentado en una silla junto a un pilar del templo de Jehová, ella con amargura de alma oró a Jehová, y lloró abundantemente. E hizo voto, diciendo: Jehová de los ejércitos, si te dignares mirar la aflicción de tu sierva, y te acordares de mí, y no te olvidares de tu sierva, mas dieres a tu sierva un hijo varón, yo lo dedicaré a Jehová todos los días de su vida, y no pasará navaja sobre su cabeza.Y sucedió que mientras ella oraba largamente delante de Jehová, Elí estaba observando la boca de ella. Mas Ana hablaba en su corazón, y solamente se movían sus labios, y su voz no se oía; y Elí la tuvo por ebria. Entonces le dijo Elí: ¿Hasta cuándo estarás ebria? Aleja de ti tu vino. Y Ana le respondió, diciendo: No, señor mío; mas yo soy una mujer atribulada de espíritu; no he bebido vino ni licor, sino que he derramado mi alma delante de Jehová. No tengas a tu sierva por una hija de Belial; pues por la magnitud de mis congojas y de mi aflicción he hablado hasta ahora. Y Elí respondió, y dijo: Ve en paz, y el Dios de Israel te conceda la petición que le has hecho. Y ella dijo: Halle tu sierva gracia delante de tus ojos. Y la mujer siguió su camino, y comió, y no estuvo más triste.

Y levantándose de mañana, adoraron delante de Jehová, y se volvieron, y vinieron a su casa en Ramá. Y Elcana conoció a Ana su esposa, y Jehová se acordó de ella. Y aconteció que al cumplirse el tiempo, después de haber concebido Ana, dio a luz un hijo, y le puso por nombre Samuel, diciendo: Por cuanto se lo pedí a Jehová.

Después subió el varón Elcana con toda su familia a ofrecer sacrificio a Jehová, el sacrificio de cada año, y su voto. Mas Ana no subió, sino dijo a su marido: Yo no subiré hasta que el niño sea destetado, y entonces lo llevaré para que se presente delante de Jehová, y se quede allá para siempre. Y Elcana su marido le respondió: Haz lo que bien te pareciere; quédate hasta que lo destetes; solamente Jehová cumpla su palabra. Y se quedó la mujer, y crió a su hijo hasta que lo destetó. Y después que lo hubo destetado, lo llevó consigo, con tres becerros, y un efa de harina, y un odre de vino, y lo trajo a la casa de Jehová en Silo; y el niño era pequeño. Y matando el becerro, trajeron el niño a Elí. Y ella dijo: ¡Oh, señor mío! Vive tu alma, señor mío, yo soy aquella mujer que estuvo aquí junto a ti orando a Jehová. Por este niño oraba, y Jehová me dio lo que le pedí. Por lo cual yo también lo he dedicado a Jehová; todos los días que él viviere, será de Jehová. Y adoró allí a Jehová.

Sí los votos están contemplados en la biblia, pero en la biblia también se nos muestra el grado de seriedad que tienen los mismos. Por tanto no es algo que puede hacerse a la ligera.

Tengamos cuidado de que nadie nos tiente a hacer votos que comprometan nuestra alma, argumentando que con eso demostramos nuestro grado de fe. EL VOTO ES P-E-R-S-O-N-A-L, al igual que nuestra fe.

Sin embargo tenemos hoy recursos mucho mayores que estos pactos mencionados y que los votos para obtener favor y gracia.

Estos se resumen en el amor y la misericordia de Dios. Veamos que enseño Jesús al respecto.
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