El diezmo de Moisés
El diezmo es parte importante de la ley de Moisés el hombre elegido por Dios para establecer su pueblo. Este diezmo tenía como función administrar el sacerdocio y la justicia social de la nación. Estos dos aspectos serian fundamentales para ser reconocidos como pueblo de Dios. Sería lo que marcaria la diferencia entre los demás pueblos.
En el caso del sacerdocio ellos no tendrían tierras y se dedicarían a trabajar para Dios, por ello era necesario que las demás tribus colaborasen.
También había en aquel tiempo un servicio muy importante para el pueblo, el servicio militar. Las diferentes batallas sin duda dejaban un gran número de viudas y huérfanos por tanto el pueblo también debía contemplar colaborar con ellos.
Además estaban los extranjeros que residían con ellos. Israel sabía lo que significaba ser extranjero y esclavo. Dios castigo a sus opresores debido al clamor del pueblo y ahora ellos debían tener cuidado de no cometer el mismo error.
Deuteronomio 14:22-29. “Diezmarás fielmente todo el producto de tu sementera, lo que rinde tu campo cada año. Y comerás en la presencia del SEÑOR tu Dios, en el lugar que El escoja para poner allí su nombre, el diezmo de tu grano, de tu mosto y de tu aceite, y los primogénitos de tus vacas y de tus ovejas, para que aprendas a temer siempre al SEÑOR tu Dios. Mas si el camino es tan largo para ti, que seas incapaz de llevar el diezmo por estar lejos el lugar donde el SEÑOR tu Dios escoja para poner allí su nombre, cuando el SEÑOR tu Dios te haya bendecido, entonces lo cambiarás por dinero, y atarás el dinero en tu mano e irás al lugar que el SEÑOR tu Dios escoja. Y podrás gastar el dinero en todo lo que tu corazón apetezca: en vacas u ovejas, en vino o sidra, o en cualquier otra cosa que tu corazón desee; allí comerás en presencia del SEÑOR tu Dios, y te alegrarás tú y tu casa. Tampoco desampararás al levita que habite en tus ciudades, porque él no tiene parte ni heredad contigo.
Al fin de cada tercer año, sacarás todo el diezmo de tus productos de aquel año y lo depositarás en tus ciudades. Y vendrá el levita, que no tiene parte ni herencia contigo, y el forastero, el huérfano y la viuda que habitan en tus ciudades, y comerán y se saciarán, para que el SEÑOR tu Dios te bendiga en toda obra que tu mano haga.”
Al fin de cada tercer año, sacarás todo el diezmo de tus productos de aquel año y lo depositarás en tus ciudades. Y vendrá el levita, que no tiene parte ni herencia contigo, y el forastero, el huérfano y la viuda que habitan en tus ciudades, y comerán y se saciarán, para que el SEÑOR tu Dios te bendiga en toda obra que tu mano haga.”
Israel tenía la bendición de ser el pueblo escogido de Dios para adorarlo y ministrar sus leyes. Para enseñar el amor de Dios y ser luz del mundo.
El diezmo de los reyes
Pero ser un pueblo escogido no era entendido por gran parte de ellos de modo tal que querían ser como las otras naciones. Entre otras cosas querían tener un rey.
Esto había sido contemplado por la misericordia de Dios y ellos tenían el justo derecho de pedir un rey. Deuteronomio cap. 17
Sin embargo esta no fue la intención única del pueblo. Debido a la corrupción de los hijos de Samuel el pueblo decide nombrar un rey. El problema radica en que no solo quieren un rey que los represente como pueblo. La corrupción de Joel y Abías lleva al pueblo a rechazar el sacerdocio. De esta manera buscan una solución humana como un rey y no buscan la misericordia de Dios para que este busque un nuevo sacerdote como lo hiso con Samuel. Estaban rechazando a los representantes de Dios, los sacerdotes, y por ello pedían un rey que los represente a ellos y que juzgue en lugar de un sacerdote.
Dios cumple la promesa y les da un rey, pero no un rey como el que Dios quería pues ellos pidieron un rey como las demás naciones.
Entre los derechos del rey estaba el cobrar diezmos.
1 Samuel 8:10-22. “Entonces Samuel habló todas las palabras del SEÑOR al pueblo que le había pedido rey. Y dijo: Así será el proceder del rey que reinará sobre vosotros: tomará a vuestros hijos, los pondrá a su servicio en sus carros y entre su gente de a caballo, y correrán delante de sus carros. Nombrará para su servicio comandantes de mil y de cincuenta, y a otros para labrar sus campos y recoger sus cosechas, y hacer sus armas de guerra y pertrechos para sus carros. Tomará también a vuestras hijas para perfumistas, cocineras y panaderas. Tomará lo mejor de vuestros campos, de vuestros viñedos y de vuestros olivares y los dará a sus siervos. De vuestro grano y de vuestras viñas tomará el diezmo, para darlo a sus oficiales y a sus siervos. Tomará también vuestros siervos y vuestras siervas, vuestros mejores jóvenes y vuestros asnos, y los usará para su servicio. De vuestros rebaños tomará el diezmo, y vosotros mismos vendréis a ser sus siervos. Ese día clamaréis por causa de vuestro rey a quien escogisteis para vosotros, pero el SEÑOR no os responderá en ese día.
No obstante, el pueblo rehusó oír la voz de Samuel, y dijeron: No, sino que habrá rey sobre nosotros, a fin de que seamos como todas las naciones, para que nuestro rey nos juzgue, salga delante de nosotros y dirija nuestras batallas. Después que Samuel escuchó todas las palabras del pueblo, las repitió a oídos del SEÑOR. Y el SEÑOR dijo a Samuel: Oye su voz y nómbrales un rey. Entonces Samuel dijo a los hombres de Israel: Váyase cada uno a su ciudad.”
No obstante, el pueblo rehusó oír la voz de Samuel, y dijeron: No, sino que habrá rey sobre nosotros, a fin de que seamos como todas las naciones, para que nuestro rey nos juzgue, salga delante de nosotros y dirija nuestras batallas. Después que Samuel escuchó todas las palabras del pueblo, las repitió a oídos del SEÑOR. Y el SEÑOR dijo a Samuel: Oye su voz y nómbrales un rey. Entonces Samuel dijo a los hombres de Israel: Váyase cada uno a su ciudad.”
Empieza así la era de los reyes de Israel, una era de gran aflicción para el pueblo.
David es el gran rey de Israel. David ama a Dios y comprende que es solo un siervo de Él. David no persigue riquezas personales, el quiere que la gloria de Dios resplandezca, este es el anhelo de su corazón. Por tanto David utiliza gran parte de sus riquezas para la construcción del templo y los diezmos y ofrendas son para el servicio sacerdotal, incluyendo sacerdocio, músicos y guardianes. 1 Crónicas cap. 22-27
Pero sus sucesores no conocen a Dios como David, tanto Salomón como Reoboam se alejan de Él y comienzan a imponer al pueblo cargas pesadas. El Pueblo se divide quedando como rey de Judá Reoboam quien impone al pueblo mano dura y como rey de Israel Jeroboan quien escucha al pueblo afligido y a la asamblea. 2 Crónicas cap. 10
Pero todo da un giro inesperado. Para evitar que Israel vuelva a Jerusalén Jeroboan comienza a adorar becerros y comisiona sacerdote no levitas, cobrando el diezmo como un impuesto por el servicio de estos sacerdotes y no como adoración a Dios en Jerusalén. Los levitas son expulsados de Israel y parten hacia Jerusalén. Reoboam viendo que esto es provechoso para él, permite por un tiempo la adoración a Jehová, aunque solo por un tiempo, luego vuelve al camino de la apostasía y se olvida de Dios. 2 Cronicas cap. 11
En cuanto a Israel, salvo situaciones aisladas nunca pudo volverse a Jehová. Siguieron adorando en Betel según dispuso Jeroboan y con la fundación de Samaria fueron perdiendo su verdadera identidad como pueblo de Dios. Amós cap. 4
En cuanto a Judá tuvo momentos buenos y malos. Entre sus reyes muy pocos pudieron compararse a David, entre ellos se destacan Ezequías y Josías. Ellos amaron a Dios y el pueblo siguió su ejemplo. 2 Crónicas cap. 29-31, 2 Crónicas cap. 34,35
Quiera Dios que podamos tener líderes destacados como Moisés, David, Ezequías y Josías. Ellos nos mostraron la gran bendición que resulta de amar a Dios y a su pueblo. Creo que hoy todo aquel que aspire a ser líder o pastor del pueblo de Dios debe conocer las obras de estos grandes siervos de Dios y recordar que ellos primero pusieron el ejemplo.
Que Dios los bendiga!!!
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