Vimos primeramente que los levitas fueron elegidos en lugar de los primogénitos de Israel.
Ahora Jesús se entrego como primicia de Dios. Una vez y para siempre.
Vimos que el diezmo debía celebrarse en el SANTUARIO UNICO.
Ahora el Templo perfecto es el Reino de los cielos.
Vimos que existían dos tipos de levitas, los que oficiaban en el SANTUARIO UNICO y los que estaban en las poblaciones.
Ahora Jesús es el Sumo Sacerdote que oficia desde el cielo con sus sacerdotes. Nosotros aquí en la tierra somos templo del Espíritu Santo.
Vimos que existían dos tipos de productos. Unos para los levitas y otros para compartir.
Ahora hay dos tipos de frutos. Los espirituales que son para el Señor y los materiales que son para nuestro sustento.
Vimos que para Dios el diezmo era una celebración en la que participaba todo el pueblo, aun los que no tenían. No era un pago impositivo.
Ahora ¿Cómo debe entregarse el diezmo?
Ahora ¿Cómo debe entregarse el diezmo?
Vimos que el tercer año lo consagrado se compartía en las poblaciones.
Ahora ¿se respeta el tercer año?
La ley se cumplió en Cristo Jesús. Mas el nos enseño el verdadero significado de la ley.
Mateo 5:17-19. No penséis que he venido para abrogar la ley ó los profetas: no he venido para abrogar, sino á cumplir. Porque de cierto os digo, que hasta que perezca el cielo y la tierra, ni una jota ni un tilde perecerá de la ley, hasta que todas las cosas sean hechas. De manera que cualquiera que infringiere uno de estos mandamientos muy pequeños, y así enseñare á los hombres, muy pequeño será llamado en el reino de los cielos: mas cualquiera que hiciere y enseñare, éste será llamado grande en el reino de los cielos.
La ley no fue enterrada y olvidada, la ley fue perfeccionada. Se perfeccionó el sacerdocio, se perfecciono el templo y se perfecciono el fruto. Se perfecciono la pascua y las primicias.
¿Debemos simplemente abrogar la celebración del diezmo o perfeccionarla?
Jesús nos marcó el camino en este último Nisán que compartió con nosotros.
Nos mostro que la celebración no debe ser motivo de lucro.
Nos mostro que no debemos actuar con astucia, sino dar a Dios lo que es de Dios.
Nos mostro que lo importante es dar de todo corazón.
Nos mostro que el fin del diezmo es el juicio y la misericordia y la fe.
Sigamos acumulando tesoros en los cielos. Ofrendemos el fruto del espíritu, cumplamos los deberes cristianos.
Esta ley ya no es escrita en piedra, está escrita en nuestros corazones, donde el Espíritu vive. Y es el Espíritu quien nos muestra el camino y la forma.
Si el diezmar es para ustedes una carga, o si sienten que estos diezmos solo son usados para enriquecer a los pastores y es contrario a su espíritu, o si es una carga pesada, no hay razón para diezmar.
Mas si el diezmar es para ustedes una fiesta santa, si ven que mediante el diezmos se contribuye al ministerio que salva almas, si estos diezmos sirven para acortar la diferencia entre ricos y pobres, entonces les puedo asegurar que la bendición del Señor se desatara abundantemente.
Muchos dicen que no diezmar es pecado. Yo digo que no conocen al Señor, porque El nos dio gracia y no maldición.
Muchos dicen que diezmar es caer en la maldición de la ley. Yo digo que no conocen al Señor, porque El nos dio gracia y no maldición.
Meditemos en todo lo visto hasta acá y dejemos que el espíritu nos revele su propósito.
Si recomiendo hablar con los pastores sobre nuestro pensar. Abramos nuestros corazones que nuestro Señor nos mostrara el camino.
Los invito a compartir su pensar al respecto dejando sus comentarios.
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